miércoles, 28 de septiembre de 2016

Pre-vacaciones


Mientras vuelvo al trabajo voy pensando: "¡Madre mía, 28 de septiembre y 25 grados en el Norte! ¡Qué maravilla de sol pero qué loco está el tiempo!".

Me chifla el calor, de hecho soy como las lagartijas y así, de entrada, me iría a vivir al Caribe para tener playa y solecito 355 días del año, peeeeeeero en España estamos ya en otoño y en cada estación toca lo que toca, ¿no?. Fijaros hasta dónde llega la locura,  que tengo un cerezo en casa y ¡le han vuelto a salir floooreeeees! ¡En septiembre! ¿Qué os parece?

Todo este rollo para contaros que en casa estamos de pre-vacaciones. Ya sabéis, preparando maletas, haciendo listas para que no se nos olvide nada (que casi siempre se acaba olvidando algo), lavando ropa para llevar todo limpito limpito, diciendo a los ratones que elijan qué juguete se quieren llevar... La pregunta siempre siempre es la misma, ¿pero sólo uno? Jajajaj y se acaban llevando mínimo 3 y con mucha negociación. Que por cierto, para ser diplomático, deberían pedir en el currículum como requisito imprescindible ser padre, pero eso es otro tema...

Esta es la peor parte de las vacaciones, los preparativos logísticos. Aunque también tiene su punto porque ya estas con la cabeza "casi" de vacaciones, así que nos permite desconectar un poco de la rutina antes incluso de llegar al destino.

Una vez que por fin definimos lo que nos apetecía hacer en octubre, teniendo en cuenta que estamos agotados porque:
- no hemos parado de currar en todo el verano 
- la ratita no termina de hacer una noche entera de sueño a pesar de tener dos años y medio
- y el ritmo de curro + niños 365 días del año es matador

Así que finalmente nos decidimos por destino de playita, piscina y toalla.  A partir de ahí nos pusimos a valorar alternativas y taaachaaaan este año toca Cádiz

Hemos estado dos veces sin niños y ahora vamos toda la tropa, así que toca empaparse de cosas "específicas" para ellos, de las que antes ni me preocupaba, ni me ocupaba. A esto es a lo que me refería con el "mix" que comentaba el otro día. Viajando con niños es imprescindible acoplar un poco los planes a sus gustos y necesidades, de lo contrario las vacaciones pueden convertirse en un infierno lleno de  "me aburro", "no me gusta", "me quiero ir", "cuando llegamos" y otras delicias. 

Así, de entrada, puedo deciros que el viaje en coche dura 9h y pico desde nuestra casa. Las veces anteriores lo hemos hecho en el día pero esta vez vamos a hacer dos paradas. Sí, lo se, ni que fuesemos hasta China, peeero cada uno conoce a sus ratoncitos y para los nuestros, que son muy movidos, un viaje en coche de más de 4h es un suplicio equivalente a que te depilen las piernas con un soplete, más o menos, jajaja. 

Así que, por la paz mundial, vamos a parar a dormir el viernes en Valladolid, que es una ciudad encantadora y como dice mi hija, tiene un parque muy guay, con pavos reales y un barquito en donde se pueden subir a dar una vuelta por el lago. 

El sábado dormiremos en Mérida y aprovecharemos para enseñarles la ciudad. Son pequeños pero seguro que les sorprende mucho.  El teatro, el templo de Diana, el acueducto y la Alcazaba son visitas obligadas. Ya veremos cómo se nos da, ya os contaré.

Y el domingo ya, por fin, a Cádiz. En la edad media a caballo, ¿creéis que tardarían tanto en llegar? Jaaja

Bueno ratones, mañana más y mejor. Prometo colgaros la lista que utilizo con todo lo imprescindible para meter en la maleta en otoño. 

¡Que disfrutéis de la tarde!  :)

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